Este artículo lo escribí hace algunos años para la revista "Sin Mirar Atrás" que fue un proyecto que formamos por un tiempo con algunos hermanos.
Vivimos en un mundo con distintas clases de personas, con
distintas personalidades, con distintas formas de pensar, y diferentes
objetivos en la vida. Pero hay un factor que se repite en la mayoría de las
personas.
Notamos que hay como una especie de epidemia, algo que se ha
vuelto como una moda, y es el famoso “Conformismo”.
La mayoría de las personas no quieren complicaciones,
quieren hacer lo más fácil y que esté al alcance. Nada de problemas, nada de
cambios riesgosos, sino que “me limito a lo que estoy seguro que con poco
esfuerzo lograré”.
Tomando un dicho conocido, diría que estamos como “retrato
de abuela”, siempre en la “cómoda”.
¿Qué nos está pasando?
Dios nos ha llamado a aquellos que somos sus hijos a ser Vencedores. Dios nos ha dado alas para
volar.
“Antes, en todas estas cosas
somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”
Romanos 8:37
Entonces: ¿Cuál es el problema?
Estamos como una avecita que ha encontrado un lugar seguro,
allí está en su nido en una rama, ya encontró su lugar y parece no entender que
fue hecho para volar.
No se ha percatado de sus alas, no entiende la esencia de su
nueva naturaleza.
Piensa: “tal vez si remonto vuelo, mis alas no funcionen y
caiga sin poder levantarme, sin poder volver al nido en donde estoy seguro en este
momento”.
Hoy te invito a Volar, a que remontes vuelo, a que salgas de
ese nido en el que estás cómodo porque si no sales de ahí serás una simple
vida, una gota más en este mar que se llama vida.
Te invito a marcar tu huella en la vida, a hacer cosas
grandes para un Dios grande, a entregarte de lleno al objetivo con el cual
fuiste creado y por el que estás en este mundo.
Pero te llamo a volar con una meta, no a volar a discreción.
Si vuelas sin apuntar a ninguna parte, volaras en círculos por un tiempo sin
llegar a ninguna parte.
Como cristianos todos tenemos la misma montaña a la que
debemos remontar vuelo y llegar, pero esta montaña está muy lejos de nosotros y
debemos ir avanzando cada vez más.
Dicha montaña es Jesús. Nuestra meta debe ser llegar a ser
como Él. Pero todos vamos a llegar de forma diferente.
Debemos ir volando de lugar en lugar buscando llegar cada
vez más alto.
Nuestro gran viaje lo tendremos que dividir en metas y
objetivos mas cortos, pero todos apuntando a nuestro objetivo principal que es
llegar a esa montaña.
Hay un error en el que caen muchos pioneros en el vuelo, que
es tratar de recorrer varios caminos hacia la gran montaña. ¿A que me refiero?
Es que muchos toman para si metas que no tienen relación con
el camino que han elegido.
Entonces buscan hacer miles de cosas y llegar a muchas metas
que no apuntan hacia un mismo lugar. Entonces el viaje tomará más tiempo aun.
Marquemos grandes objetivos en nuestra vida. Si hemos
marcado un área por la cual queremos emprender el viaje a la gran montaña,
concentrémonos en mejorar y hacer crecer nuestro potencial en esa área para
avanzar más y más por esa dirección.
Pero esta área por la cual iremos debe ser bien analizada.
Todos fuimos creados con ciertos dones y potenciales, preparados para ir por
cierta área avanzando a la gran montaña, y debemos estar seguros que el área
que hemos elegido está de acuerdo con nuestras inquietudes, dones, y talentos.
Analiza tu vida, reconoce tu potencial e inquietudes. y
remonta el vuelo hacia la gran montaña, Dios requiere acción. No te dejes
llevar por la multitud que está conforme con lo que ha logrado y que no tiene
grandes aspiraciones.
Sal de esa rama, fuiste creado para volar. Eres capaz de
llegar muy alto, pero antes debes creer que eres capaz y que Dios tiene un
propósito para tu vida.
Si nuestras aspiraciones son grandes, llegaremos a cosas
grandes. Si nuestras aspiraciones son pocas, a eso llegaremos, a muy poco.
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Salí de esa rama!
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Oleh
Santiago Almeida