jueves, 5 de enero de 2017

El Origen del Mal (segunda parte)






Para poder comprender mejor este artículo, te aconsejo leer la primera parte:
El Origen del Mal (primera parte)

Anteriormente vimos que el mal no es una entidad a ser creada, y a su vez dejamos en claro que Dios al finalizar su creación, vio que todo era bueno, o sea que el mal no estaba presente en ese momento.

Conocemos la historia de que Adán y Eva pecaron, ¿qué sucedió entonces?


¿Pudo ocurrir que los planes de Dios hayan sido frustrados? 

Se podría llegar a pensar que Dios tenía ciertos planes y luego que Adán y Eva pecaron, los mismos fueron cambiados.

¿Será que Dios tuvo que improvisar un nuevo plan después de este acontecimiento?

Si esto fue así, estaríamos ante un Dios que no es perfecto.

pero...

Dios es perfecto


“El es la Roca, cuya obra es perfecta,
Porque todos sus caminos son rectitud;
Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él;
Es justo y recto.” Deuteronomio 32:4


“En cuanto a Dios, perfecto es su camino…. ” Salmo 18:30


“Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.” Marcos 10:18

Si Dios es perfecto y sus caminos también lo son:


¿Como Adán y Eva terminaron pecando?

Esto se explica entendiendo su libre albedrío.

Libre Albedrío

“Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen” Génesis 1:26
Dios nos creó como seres inteligentes, con razonamiento y voluntad.
John F. MacArthur nos dice en cuanto al tema:
  • La inteligencia nos dió la habilidad de entender las cosas,
  • El razonamiento nos dió la habilidad de procesar ese entendimiento hacia un comportamiento.
  • La Voluntad les dió la libertad para determinar ese comportamiento.

Estas 3 cosas son reflejo de quién es Dios.

Es necesario que comprendamos que Adán en un principio no tenía la misma naturaleza que tenemos nosotros al nacer. Nosotros ya nacimos bajo la naturaleza corrompida, con una atracción natural hacia el pecado (Romanos 3:10), pero Adán en su naturaleza inicial, tenía la capacidad de elegir no pecar.

El hombre tenía dos opciones: Obedecer a Dios o desobedecerle y con esa libertad en su
naturaleza decidió desobedecerle, y ahí es cuando se originó el pecado en el hombre. No
fue causado por Dios, sino que el hombre usó su libre albedrío para traer el mal a sus vidas.

Para que entendamos mejor la naturaleza inicial del hombre...


El Hombre relativamente perfecto

Dios creó al hombre perfecto perfecto, pero esta perfección es relativa:
Me compro un cuchillo que es perfecto para cortar un buen asado, pero ¿Lo usaría para
tomar sopa?
Así también Dios creó a Adán y Eva perfectos para cumplir un propósito, cuando deciden no
obedecer ya dejaron de seguir ese propósito.

Adán fue creado con el objetivo de seguir a Dios, de glorificarlo, de obedecerle y decidió
hacer a un lado su propósito.

Pero a diferencia de nosotros...

Dios Inmutablemente Bueno

Dios es perfecto en lo absoluto.
R.C. Sproul nos dice “El Creador es inmutablemente bueno” y nosotros a diferencia fuimos
creados mutablemente buenos.

Dios no puede llegar a ser mejor, porque ya es la perfección y siempre lo será.

¿Podía Dios evitar que Adán hubiera pecado?


¿Adán pudo haber sido obligado por Dios a obedecer?

Obediencia que nace del corazón


Dios podría habernos creado como una especie de robots sin esa inteligencia, razonamiento y voluntad, y hacernos obedecer, pero no era lo que Él quería.

Dios quería que la obediencia naciera del corazón: Deuteronomio 10:12,13
Deuteronomio 30:19,20.


Si Adán hubiera sido creado sin la opción de desobedecer, no hubiera sido perfecto.

El Pecado, responsabilidad del hombre

Cuando Adán pecó, Dios no dijo: “este me salió defectuoso, debe haber alguna falla de diseño” Sino que Dios culpó al hombre con toda razón.

Adán no había permitido que el amor a Dios y a sus principios lo motivaran a obedecerle por encima de todo.

¿Acaso el hombre fue creado con alguna limitación moral que lo impidiera obedecer?
¿Por qué Dios aún no destruyó el mal? ¿Qué hay de la serpiente?

Estás preguntas y otras, trataremos de seguir analizando.

Hasta la tercera parte!


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El Origen del Mal (segunda parte)
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Oleh